lunes, 13 de diciembre de 2010

CADA DIA DE LA SEMANA

III SEMANA DE ADVIENTO

¡VEN SEÑOR A SALVARNOS!


Domingo 12 de Diciembre del 2010
Lectura del libro de Isaías (35,1-6a.10): El desierto y el yermo se regocijarán, se alegrarán el páramo y la estepa, florecerá como flor de narciso, se alegrará con gozo y alegría.  Sal 145,7.8-9a.9bc-10  R/. Ven, Señor, a salvarnos El Señor mantiene su fidelidad perpetuamente,  hace justicia a los oprimidos, da pan a los hambrientos.  El Señor liberta a los cautivos.  
Lectura de la carta del apóstol Santiago (5,7-10):  Tened paciencia, hermanos, hasta la venida del Señor
Lectura del santo evangelio según san Mateo (11,2-11 «¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?»  COMENTARIO       Constantes en la esperanza
      ¿Vieron realmente los discípulos de Juan lo que Jesús les dice que están pasando? ¿Estaba pasando realmente? ¿Era verdad que los ciegos veían, los inválidos andaban, los leprosos quedaban limpios y los sordos oían? ¿Era verdad entonces que los muertos resucitaban y que a los pobres se les anunciaba el Evangelio? ¿Es verdad ahora? ¿Están ahí esos signos de la venida del Mesías?
      Ya se ven signos de esperanza          Es verdad que no hay ningún problema que se haya solucionado del todo. La crisis económica actual ha empeorado algunos. Pero hay muchas personas que están más concienciadas que nunca, que apoyan con su tiempo (cientos de miles de voluntarios) y con su dinero todos esos esfuerzos. En ese sentido estamos en el mejor momento de la historia de la humanidad. Sin punto de comparación.       Esos son los signos que hoy proclaman, para el que lo quiera ver, que Dios sigue actuando en nuestra historia, que Dios no nos ha dejado abandonados. Y eso a pesar de que nosotros no siempre trabajamos por hacer las cosas bien. A veces, como los niños, destrozamos más que construimos. Pero Dios está ahí y lo podemos ver      Abramos los ojos y veremos lo que Dios está haciendo en el mundo. 
Fuertes y pacientes        Hay que ser fuertes para vivir en esta tensión. Lo que vemos, lo que experimentamos día a día, no ha llegado todavía a su plenitud. Nada es perfecto. Ni en nuestra vida personal, ni en nuestra familia, ni en la sociedad, ni en la Iglesia.  Todo esto es cierto. Pero el discípulo de Jesús ve ya cómo se está anunciando a los pobres la buena nueva. Ve que los cojos andan y cómo nosotros mismos nos llenamos de una esperanza nueva. 
      Los que vacilan deberían escuchar con atención la palabra de Isaías: “Fortaleced las manos débiles, decid a los cobardes de corazón: ‘Sed fuertes, no temáis’.” Debemos dejar que esa palabra llegue a nuestro corazón para salir a la calle a proclamar la esperanza de que estamos convencidos de que Dios está de nuestra parte, de que no nos dejará de su mano, de que volverán los rescatados del Señor y “pena y aflicción se alejarán.”
      Es tiempo de saber conjugar la esperanza con la paciencia y la constancia, el trabajo comprometido diario con las manos abiertas –y tantas veces vacías– vueltas al Señor de la historia.  
 Lunes 13 de Diciembre del 2010
Lectura del libro de los Números (24,2-7.15-17ª   El espíritu de Dios vino sobre él, y entonó sus versos:  
Sal 24,4-5ab.6-7bc.8-9  R/. Señor, instrúyeme en tus sendas Señor, enséñame tus caminos,  instrúyeme en tus sendas:  haz que camine con lealtad;  enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador
Lectura del santo evangelio según san Mateo (21,23-27):   «¿Con qué autoridad haces esto? ¿Quién te ha dado semejante autoridad?
COMENTARIO   La primera lectura y el salmo nos repiten el mismo mensaje: Dios viene, y lo hace para salvarnos. Y el Evangelio nos hace una demostración práctica de cómo la salvación actúa en la persona plena, en lo espiritual y en lo físico. Y es que lo de me he quitado un peso de encima o me he sacado un peso del corazón es una sensación que a veces se siente, después de una buena confesión. Andamos más ligeros y todo.  ¿Y para nosotros? Hay varias enseñanzas hoy. El paralítico no podía andar, y necesitaba la ayuda de otras personas. Y la encontró. ¿Cómo anda nuestro nivel de ayuda a los vecinos (amigos, familiares, compañeros del colegio y/o instituto o universidad) en este último tiempo? Si hace mucho que nadie nos dice eso de gracias por tu ayuda, a lo mejor es tiempo de revisarnos. Y ver a quién podemos echarle una mano. Adviento es tiempo de esperanza, llévale esperanza a alguien. Quizá no tengas que ir muy lejos, para encontrar a un paralítico cerca de ti.
Hay otro motivo para pensar. Esa gente no se rindió ante nada. Hasta le destrozaron el tejado al propietario. No sabemos si luego se lo arreglaron, pero sí sabemos que la fe mueve montañas, tejas y todo lo que haga falta. Y tu fe, ¿cómo va? ¿Te rindes a las primeras de cambio? ¿Piensas que la mejor manera de vencer la tentación es caer en ella? ¿Tienes tu propio criterio, y luchas por defenderlo, o te derrotan las multitudes? Si esos camilleros se hubieran rendido, este pobre hombre se habría vuelto a casa sin nada. La fe que tenían les abrió todas las puertas, mejor, el tejado.
  Martes 14 de Diciembre del 2010
Lectura de la profecía de Sofonías (3,1-2.9-13):  Así dice el Señor: «¡Ay de la ciudad rebelde, manchada y opresora! No obedeció ni escarmentó, no aceptaba la instrucción, no confiaba en el Señor, no se acercaba a su Dios.
Sl 33,2-3.6-7.17-18.19.23  R/. Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha Lectura del santo evangelio según san Mateo (21,28-32): En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a ancianos del pueblo: «¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercó primero y le dijo: "Hijo, ve hoy a trabajar en la viña." Él le contestó: "No quiero." Pero después recapacitó y fue. Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: "Voy, señor. " Pero no fue. ¿Quién de los dos hizo lo que quería el padre?»    
COMENTARIO              ¿Qué os parece?           
En este relato es Jesús quien inicia el diálogo con los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo con una pregunta, breve y elemental: “¿Qué os parece?”. Después narra un breve cuento.
En diversas ocasiones utiliza Jesús esa expresión: ¿Qué os parece? Es una pregunta que introduce en el diálogo la clave de discernimiento. Jesús es maestro consumado en el arte de profundizar. Pregunta, hace pensar y, luego, invita a expresarse. De esa manera muestra que la verdad está al alcance de todos, incluidos aquellos que de entrada se protegen de su mensaje. La verdad no es patrimonio exclusivo de nadie, sino lugar de coincidencias y de encuentros.
Por eso, la moraleja la deducen inmediatamente sus adversarios, casi sin pensárselo por lo evidente que resulta: Es justo quien hace lo que el Padre quería. Lo correcto se verifica en la ejecución del deseo del padre. No basta el asentimiento inútil sin realización práctica y concreta. Nos lo decimos muchas veces: “Obras son amores y no buenas razones...”, “el amor está en las obras más que en las palabras”, “no el que dice Señor, Señor, sino el que cumple la voluntad de mi Padre...”.
Estos dos tipos de hijos que presenta Jesús nos sitúan en la perspectiva del adviento. El Reino puede ser preparado desde dos actitudes ante el futuro: desde una vida de deseos, apariencias y sublimes palabras que no termina por cumplir el querer del Padre o desde la contundencia insobornable de los hechos, que no necesita de la coherencia verbal para validarse.
  El verdadero creyente no es el petulante que se cree superior a los demás por sus altísimos deseos, sino que el que se pone manos a la obra. Solo cree en verdad el que obedece. Serán las obras, y ninguna otra cosa, las que liberen nuestra vida cristiana de la tiranía de las apariencias.
Miércoles 15 de Diciembre del 2010
Lectura del libro de Isaías 45 y 6b-8. 18. 21b-25  «Yo soy el Señor, y no hay otro: artífice de la luz, Sal 84, 9ab-10. 11-12. 13-14  R. Cielos, destilad el rocío; nubes, derramad al justo.  Voy a escuchar lo que dice el Señor: «Dios anuncia la paz a su pueblo y a sus amigos.»  .
Lectura del santo evangelio según san Lucas 7, 19-23   «ld a anunciar a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos ven, los inválidos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan, y a los pobres se les anuncia el Evangelio. Y dichoso el que no se escandalice de mí.» PdeD
COMENTARIO           ¿Eres tú el que ha de venir?
¿Existes? ¿Te podemos encontrar? ¿Dónde estás? ¿Te podemos reconocer? ¿Eres tú la esperanza que no defrauda? ¿Eres tú la clave de las contradicciones? ¿Eres tú para todos? ¿Eres tú el que asombras y nunca decepcionas? ¿Eres tú asidero seguro para débiles e indefensos? ¿Eres tú consuelo para angustiados y deprimidos? ¿Eres Tú el Señor?
¿Eres tú, de verdad, hermano y amigo? ¿Eres tú el amor verdadero? ¿Eres tú justicia para los condenados? ¿Eres tú pan para hambrientos? ¿Eres tú gozo para los tristes? ¿Eres tú, en verdad, esperanza para los pobres? ¿Eres tú luz para los ciegos? ¿Eres tú salud para el enfermo? ¿Eres tú vida para el que muere? ¿Eres Tú el Señor? 
¿Eres tú necesario? ¿Eres tú salud y vida? ¿Eres tú el camino y la fuerza para caminar? ¿Eres tú el sentido del sinsentido? ¿Eres tú luz entre nieblas y sombras? ¿Eres tú el que enjugas las lágrimas? ¿Eres tú quien unes a tu alrededor a los más diversos y distintos? ¿Eres tú el pobre que a todos enriqueces? ¿Eres Tú el Señor?
¿Eres tú real o sólo un sueño? ¿Eres tú un hombre de verdad? ¿Eres tú el amor desarmado? ¿Eres tú la alegría de vivir? ¿Eres tú el hálito que nos hace respirar? ¿Eres tú la fuerza que nos mantienes vivos y despiertos? ¿Eres tú el amigo del alma? ¿Eres tú el crucificado que no morirá más? ¿Eres tú una ingenua ilusión? ¿Eres, Tú, el Señor?
¿Eres tú esperanza contra toda esperanza? ¿Eres tú el Amor no amado? ¿Eres tú la belleza oculta? ¿Eres tú misterio que se aclara? ¿Eres tú Verdad que ilumina? ¿Eres tú Palabra en el silencio? ¿Eres tú pobreza que enriquece? ¿Eres tú la fuerza que destroza el miedo? ¿Eres tú el que fascinas y atraes? ¿Eres tú el que vive en la Iglesia? ¿Eres Tú el Señor?
¿Eres Tú el Señor o tenemos que seguir esperando?
¡No deseamos a otro, sino a Ti!
¡¡Ven pronto, Señor Jesús!!

Jueves 16 de Diciembre del 2010
Lectura del libro de Isaías (54,1-10):   Alégrate, la estéril, que no dabas a luz, rompe a cantar de júbilo, la que no tenías dolores: porque la abandonada tendrá más hijos que la casada –dice el Señor–. Ensancha el espacio de tu tienda, despliega sin miedo tus lonas, alarga tus cuerdas, hinca bien tus estacas, porque te extenderás a derecha e  
COMENTARIO     Nadie es más grande que Juan

Adviento es tiempo de profetas. Todo profeta es capaz de responder las preguntas más difíciles que le hacemos al destino. Por ello, son imprescindibles. Hoy, como en los tiempos de Jesús, siguen siendo una novedad tan rara que hay que salir al desierto para encontrarnos con ellos. El evangelio fija hoy nuestra mirada sobre el elogio de Jesús a Juan Bautista, el profeta-precursor. Ese elogio, además, recoge algunos de los rasgos que, según el Maestro, permiten reconocer al auténtico profeta.                                                                             Un profeta jamás se rebaja a ser una débil caña agitada por cualquier viento, ni se enfunda ostentosos ropajes de lujo. No es voluble ni cambiante, como una veleta o como las modas.                                                                                Juan   No es ni un entrometido que estorbe; ni juega a deslumbrar o a centrar sobre sí mismo las miradas; tampoco se considera insustituible. Asume que, inmediatamente detrás de él, viene “el más importante”.                                                    Su misión es señalar. Y hacerlo en la correcta dirección.  . El oficio de Juan Profeta genera la espiritualidad de los “ojos abiertos” para verlo todo y reconocer en medio de la maraña de la realidad al Deseado.                                                Juan no es un predicador cualquiera a quien se pueda dar largas con excusas. No todos lo entienden así. El evangelio termina relatando que prepararon los caminos para el encuentro del Señor...

¿Existen aún, en estos tiempos áridos de increencia, precursores auténticos? Hoy, el evangelio nos ayuda a no confundirlos. Ellos mantienen viva nuestra espera.
 Viernes 17 de Diciembre del 2010
Lectura del libro del Génesis (49,1-2.8-10): En aquellos días, Jacob llamó a sus hijos y les dijo: «Reuníos, que os voy a contar lo que os va a suceder en el futuro
Sal 71,1-2.3-4ab.7-8.17  R/. Que en sus días florezca la justicia, y la paz abunde  
Lectura del santo evangelio según san Mateo (1,1-17):  Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abrahán
COMENTARIO              Genealogía de Jesús
Comienza hoy la semana de la O. De manera inmediata preparamos la inminente Navidad. Y, no por casualidad, nos topamos con el pasaje tal vez más aburrido de todo el evangelio: La genealogía de Jesús. Esa interminable lista de nombres extraños, además de fatigosa, parece inútil. Cuesta encontrar en ese cansino catálogo rigor histórico y contenido teológico. ¿Por qué la propone la liturgia en esta semana que corona el Adviento? ¿Por qué la recogió Mateo en su evangelio? ¿Tiene algún sentido ese dechado superfluo de erudición inútil? Pues, ¡lo tiene!... Basta detenerse un poco y mirar entre líneas para comprender que Mateo persigue un objetivo sencillo y sublime: Mantener viva en la fe de los cristianos la condición humana de Jesús y fijar así su origen, misión y destino. Y eso afecta decisivamente a la misma fe.                                                                      Jesús no fue un ángel de caramelo, ni un sutil espíritu etéreo, sino hombre de carne y hueso, con sus raíces genéticas hundidas en la historia de carne y sangre. Su nombre se hilvana en el largo lienzo de personajes que abarcan a toda la humanidad. .                                                                                                                                                              Jesús se hizo vecino de todos.                                                                                                                                                           También entronca Jesús con lo más santo de Israel. Fue hijo de Abraham e hijo de David. Su nombre queda vinculado a personajes que ocupan la cúspide del Pueblo elegido.    . Ante el nombre de Jesús sólo vale descubrirse, doblar la rodilla y adorar. Moraleja: Ser persona es una manera deficiente de ser Jesús.
Este árido relato, leído en la fe de la Iglesia, nos dispone a vivir bien la Navidad: Cuando miramos a Dios vemos al hombre y cuando miramos a los hombres vemos a Dios. Se ha superado la separación Dios-hombre.

Sábado 18 de Diciembre del 2010
 Lectura del libro de Jeremías (23,5-8):  «Mirad que llegan días –oráculo del Señor– en que suscitaré a David un vástago legítimo: reinará como rey prudente, hará justicia y derecho en la tierra. En sus días se salvará Judá, Israel habitará seguro. Y lo llamarán con este nombre: "El-Señor-nuestra-justicia".  
Sal 71,1-2.12-13.18-19 R/. Que en sus días florezca la justicia, y la paz abunde eternamente Dios mío, confía tu juicio al rey, tu justicia al hijo de reyes, para que rija a tu pueblo con justicia, a tus humildes con rectitud.  
Lectura del santo evangelio según san Mateo (1,18-24): El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo.  
COMENTARIO          Dudas, ángeles y sueños
Es sábado de adviento. Todo nos está avisando que pronto nacerá Jesús. Los que aún nos sentimos como niños, notamos cómo se nos desata un acelerado sentimiento de deseo. Nuestra mirada se recoge en el silencio del corazón de María, la madre. Con ella releemos el relato evangélico de Mateo. El embrujo de la Navidad estalla en su fascinante complicación. No pintemos de purpurina los hechos. Esconden en su interior la difícil carga de una fe vivida a oscuras en la espera de Jesús. Bien que lo sabía el evangelista.
 Jesús es concebido y nacerá de María, de una forma insólita: Viene, como siempre, sorprendiendo. José le prestará las credenciales dinásticas de la casa de David, al adoptarlo como hijo. Pero antes, deberá pasar por una prueba, tan dura como aparentemente innecesaria. La narración mateana se enhebra entre dudas, aparición de un ángel, revelación en sueños. Con esa presentación, tan inaudita y poco espectacular, Jesús entra en nuestra historia humana como el que salva al pueblo.                                                                                                          Navidad con dudas : María sufre en silencio el desconcierto de José. José sufre a su vez, en un silencio total, por la ininteligible forma de hacer las cosas que tiene Dios. Jamás puso en duda José la integridad de María. Jamás la ha puesto –ni la pondrá- en duda la Iglesia.                                                                                                     Navidad con ángeles . En tiempos de oscuridad, de turbulencias, de desorientación, de desánimos, de sombras, de tentación de inhibirse; cuando el futuro parece una realidad imposible e inútil, emerge la presencia de los ángeles en toda su fuerza. !En la oscuridad... aparecen ángeles! ¡No demonios! Los ángeles muestran la fantástica creatividad de Dios, su capacidad de imaginar el futuro el futuro... Los ángeles abren ventanas hacia el más allá... Ángeles, personajes permanentes en cada página de la historia de la Salvación..., los altavoces de Dios.                                                                                                                                                                                   Navidad con sueños : Una intervención desde arriba –mediante un ángel sin nombre- le aclara a José que tiene un puesto en el complicado puzzle de la Navidad. Deberá poner nombre al niño. Así será su padre “legal”.   
P ISIDRO ASEMSIO ÁLVAREZ